Complejidad y
Organización Educativa
Parte I
Reforma del pensamiento / Reforma del currículo / Complejizar la organización educativa
Necesidad
de una Metateoría de la educación para una reforma del pensamiento
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El Himno al Preludio de las escrituras védicas que se recoge en el epígrafe, busca penetrar en el insondable misterio del principio del universo, fluctuar en la nada absoluta, en el vacío donde emerge la vida (Panikkar, 2011). Ese vacío, lleno de potencialidades es productor de materia -una singularidad: el Big-Bang- o, al decir de Prigogine[2], una inestabilidad estructural, una fluctuación del vacío que dio origen a una explosión entrópica con creación de materia-energía. La ciencia, religión, el mito o la narración de los videntes védicos parecen rencontrarse, redescubriendo al cosmos, al ser y al espíritu. ¿Qué separa al conocer, desde el punto de vista científico, de otros campos y otras formas de conocer?
La ciencia moderna del siglo XX con la mecánica cuántica,
reintroduce al hombre en la naturaleza -no en términos contemplativos-
sino como participante directo en la
perturbación que originará una respuesta medible instrumentalmente del fenómeno
microscópico ampliado. En la relatividad, la concordancia de 2 eventos, el hecho que un
cuerpo parezca rígido o flexible, depende de si el observador está en
reposo o en movimiento. Moscovisi[3]
por ello concluye: “EL fenómeno epistémico central que yo designo como el
reingreso del hombre en la naturaleza, es el descubrimiento más original y más
radical de la ciencia moderna.” Y, prosigue Moscovici: “Conocimientos, leyes y
teorías son invenciones. Para
inventarlos, crearlos, el hombre es indispensable.”
En el Círculo de Viena, del cual heredamos los métodos de
investigación basados en el positivismo lógico, todas las cosas podían
explicarse mediante la lógica y la observación empírica, sin recurrir a
entidades metafísicas. Sin embargo, ya los escritos de Ludwig Wittgenstein, mostraban
su preocupación por recurrir a un metalenguaje
para entender al propio lenguaje. El segundo teorema de incompletitud de Gödel da al lastre con
este basamento y pone de manifiesto que, una de las sentencias indecidibles de
dicha teoría es aquella que «afirma» la consistencia de la misma[4].
Es decir, que aún si el sistema de axiomas en cuestión es consistente, no es
posible demostrarlo mediante dichos axiomas, es necesario recurrir a un nuevo sistema, crear una nueva teoría, una
metateoría que lo incluya. Dentro de la disciplina o del sistema de que
se trate, surgen creaciones, invenciones, nuevos postulados que no pueden
demostrarse en los presupuestos del sistema y abren por ello la necesidad de
una metateoría.
El nuevo espíritu científico requiere de una reforma del
pensamiento que permita apostar a una aptitud para plantear problemas, vincular
puntos de vistas aparentemente contrarios[5].
Que deje atrás las entidades e incorpore al ser en relación/ consigo mismo/ con
el otro/ con su entorno. Que se embeba de las creaciones en ciencias sociales,
del arte, la literatura, la poesía, la religión, de otras fuentes de interrogación
y reflexión sobre el conocimiento, la condición humana y sobre los grandes
problemas de la vida.
La filosofía, como señala Morín, posee una potencia
interrogativa- problematizadora, lo cual la convierte en un componente
transversal indispensable de los currículos universitarios ante la complejidad
de los retos de pensar la reforma para reformar el pensamiento.
Qué ética se propone o subyace en la propuesta curricular para la Educación Media en Venezuela?
Cómo se organiza el conocer en los textos oficiales?
Cómo sería un currículo con la filosofía como componente transversal ?
[1]
Panikkar, R., E. (1999). Iniciación a Los Veda.. Barcelona: Fragmenta Editorial
[2]
Prigogine, I. & Stengers,I. (1994). Entre el tiempo y la eternidad. Madrid:
Alianza Editorial
[3]
Moscovici, S. La historia humana de la naturaleza en: Pricogine,I. (2000). El
tiempo y el devenir. Coloquio de Cèrisy. Barcelona:Gedisa
[4] https://es.wikipedia.org/wiki/Teoremas_de_incompletitud_de_G%C3%B6del
[5]
Morin, E. (1999). La cabeza bien puesta. Buenos Aires: Nueva Visión
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