Micro ensayos

Breves ensayos sobre  textos de A. Moreno, M. Kaplun, J. Bedoya, I. Gastaldi y P. Boghossian


Micro ensayo 1   

El  Método Convivencial.
Hacia un conocimiento comprensivo de la Episteme Popular

La vida se hace viviendo sin modelo.
Y concomitante a la experiencia de vivir
está el riesgo existencial  de pensar
Raimon Panikkar
Introducción
La labor investigadora para un conocimiento comprensivo de la episteme popular que plantea Moreno (2006:18)[1] en su libro El Aro y la Trama” es aquella que se produce como exigencia de la acción  y que surge de la vivencia y actuación  en la comunidad".
Nos planteamos en este ensayo desmadejar la trama que condujo al Método Convivencial de Moreno en su acompañamiento a una  comunidad de una barriada de Petare (Caracas, Venezuela), en sus procesos de estructuración auto organizadores y autónomos, vale decir, la auto-eco-organización comunitaria que se genera  como unión de la religación y la autonomía en sus procesos de estructuración  (Morín, 2006)[2],  Nos valdremos para este desmadejamiento de las guías heurísticas que  indica Moreno dentro de su proceso reflexivo. Guías heurísticas  que se transforman en el camino dando lugar a otras, cuando la luz de las precedentes  ya no  ilumina el nuevo a recorrer en la espiral  evolutiva recursiva, rehaciendo lo pensado, dando lugar a la reestructuración del proceso. El problema metódico de cómo trabajarlo va emergiendo con  el surgimiento de los datos y marcas guías.
Buscando el Método
La búsqueda del método como narra el autor fue una aventura: ”Ningún método disponible resultaba compatible con mi experiencia viva”. Partió de las   Historias de Vida  de Ferrarotti  que como las define el propio Ferraroti en una entrevista que le hacen Iniesta y Feixa (2006:2)[3] son una forma de investigación participativa y militante contra el idealismo de las ciencias sociales. Sin embargo la reflexión que hace  Ferrarotti  25 años después del inicio de la experiencia que narra Moreno,  es coincidente con lo que descubre el autor del Aro y la Trama en su propia experiencia  y es que:”. Buscando descubrir a los otros, acaba  descubriéndose a uno mismo.”
El Método Convivencial
En la Caracas de los años 70, la acción pastoral en los sectores más deprimidos  para una Iglesia  que se enraizara en la gente, en sus necesidades, era una actividad promovida por grupos cristianos, Padres Jesuitas y en  sectores universitarios. Tal era el caso del Padre Witak en la Vega[4] y otros Padres  en otras barriadas de Caracas.  Es en ese contexto que  surge el libro El aro y la Trama  en la que la vida del investigador se convirtió como él señala en pregunta, la pregunta en investigación y la  investigación en cuestionamiento radical, en preocupación filosófica.  
Conclusión
En el proceso vivido  que da origen a una propuesta metodológica por parte de Moreno  se da lo que Varela (1990)[5] resalta  <<el conocimiento es ontológico>>. La cognición es “..Acción efectiva. Historia del acoplamiento estructural que enactúa  o hace emerger un mundo”.  Las representaciones ya no desempeñan un papel central.  Es la participación vivida  y la acción en un mundo compartido del cual emergen significados: “Partí de mi mundo y de mi episteme y en el camino se hizo pedazos”.
La   dinámica del proceso  en la investigación Con-Vivida con sus guías heurísticas  lo sintetizamos en la Figura 1. Allí concurren  las experiencias vividas  que dialogan y se contraponen  con las acciones hermenéuticas y que dan lugar al acercamiento - alejamiento- profundización y el Bautismo en un nuevo caminar sin caminos través de la reflexión recursiva  en una espiral hermenéutica que origina El Entramado Convivencial.: investigador/persona-sujeto/comunidad/espiritualidad.



Figura I. Metodología de una Investigación Convivida. . Elaboración propia en base a la propuesta de Moreno (2006)




[1] Moreno, A. (2006). El Aro y la Trama.: Santiago de Chile: Ediciones UCSH
[2]  Morín, E. (2006). El Método VI. Ética. Madrid: Catedra
[3] Iniesta, M. & Feixa, C. (2006). Historias de vida y Ciencias Sociales. Entrevista a Franco Ferrarotti. Periferia,5. Disponible en: http://www.raco.cat/index.php/ Periferia/article/viewFile/ 146549/198369
[4] Entrevista a Johnny Veramendi: “Dios no está únicamente en los grandes templos”http://www. jesuitasvenezuela.com/entrevistas/entrevista-a-johnny-veramendi-dios-no-esta-unicamente-en-los-grandes-templos
[5] Varela, F (1990). Conocer. Barcelona: Gedisa


Micro ensayo 2

Episteme

                          



Miradas desde la Antropología Histórica, la Arqueología y la Ecología

 Un hombre mirando fijamente sus ecuaciones dijo que el universo tuvo un comienzo. Hubo una explosión, dijo.
Un estallido de estallidos, y el universo nació. Y se expande, dijo. Había incluso calculado la duración de su vida: diez mil millones de revoluciones de la Tierra alrededor del Sol. El mundo entero aclamó; hallaron que sus cálculos eran ciencia. Ninguno pensó que al proponer que el universo comenzó, el hombre había meramente reflejado la sintaxis de su lengua madre; una sintaxis que exige comienzos, como el nacimiento, y desarrollos, como la maduración, y finales, como la muerte, en tanto declaraciones de hechos.
El universo comenzó, y está envejeciendo, el hombre nos aseguró, y morirá, como mueren todas las cosas, como él mismo murió luego de confirmar matemáticamente la sintaxis de su lengua madre. 
                                                                                                  Carlos Castaneda[1]
Una reflexión descarnada sobre los fundamentos de la ciencia que han de soportar el trabajo de investigación como señala Moreno, se debe realizar, a sabiendas, que las antiguas certezas que proveía la ciencia clásica  en cuanto a  criterio de objetividad y reproducibilidad metodológica  entran en cuestión a raíz de las exploraciones de lo micro y de lo infinitivamente grande (mega).
El Principio de Incertidumbre de Heisenberg marca la imposibilidad de conocer simultáneamente la posición y el momento de una partícula y con ello queda en evidencia  que  la respuesta observada experimentalmente es consecuencia de la actuación del investigador. No es posible ya, separar lo observado del observador.  A partir de los años 50, una profunda reconceptualización ocurre también en el campo macroscópico. La escuela de Bruselas  -de donde surge el premio nobel Ilia Prigogine-, se diferencia de la escuela americana al considerar al equilibrio -como un caso particular de no equilibrio- y con ello, el ideal de la ciencia clásica de que todo sistema tiende al equilibrio: térmico, físico, químico, ecológico deja de ser una verdad absoluta. Se encuentra que los sistemas abiertos sometidos a flujos de materia, energía e información pueden dar lugar a nuevos comportamientos, nuevas propiedades, comportamientos complejos que son sensibles a las condiciones iniciales y pueden inclusive originar comportamientos caóticos[2]. La sensibilidad a las condiciones del entorno, al contexto,  que presentan los sistemas caóticos  da al traste con el ideal metodológico de precisión, exactitud y reproducibilidad pues en los sistemas complejos pequeñísimas variaciones pueden dar lugar a respuestas diferentes. De una naturaleza autómata, predecible y manipulable se pasa a una naturaleza viva, de evoluciones múltiples y divergentes.[3] . Habíamos dado por sentado que el mundo estaba predefinido y actuamos sobre él en base a las representaciones mentales,  Sin embargo las investigaciones apuntan más bien a   que las aptitudes cognitivas son inseparables de la historia vivida en una comunidad, en una sociedad[4].
Foucault en Las Palabras y las Cosas  también señala que a partir del siglo xix; desaparece la teoría de la representación como fundamento general de todos los órdenes posibles.   Dentro de una arqueología del saber señala Foucault que su espacio, el del saber,  ya no es el de las identidades y diferencias, el de una caracterización universal. Surgen discontinuidades. Es ahora el espacio hecho de  organizaciones cuyo principio de organización es la analogía y la sucesión. La Vida, El Trabajo y el Lenguaje adquieren su propia historicidad y hacen aparecer nuevos objetos y nuevos métodos.
Bateson en su libro: Pasos hacia una Ecología de la Mente, señala que los artistas y poetas se preocupan expresamente por los puentes, las relaciones entre los niveles de los procesos mentales, del inconsciente, consciente y lo externo. Isadora Duncan así lo expresaba: “Si pudiera decirlo, no tendría que bailarlo”[5]. El Mundo de vida es un mundo en relación, importan tanto los signos, la expresión, la estética como el movimiento que acompaña a las palabras. Las razones del corazón señala Bateson (Ib., p.101) tienen que ser integrada con las razones de la razón.  
En la episteme moderna como recoge Moreno, en su proceso de individuación y ultra especialización, se separa  el mundo del lenguaje, el de la idea y el de la realidad (op. cit., p.8). Con  la eclosión de las nuevas ideas y nuevos objetos, en el mundo de vida que se va viviendo  se abren en su seno fisuras, intersticios, líneas de fuga, hacia lo fluido, hacia la modernidad líquida que refiere Zigmunt Bauman[6].  La metáfora del camino se transforma en la del mar. Es lo que lleva a Moreno a plantearse la representación que no es una representación sino más bien una huella de la representación en la concepción de episteme como matriz: “Un sistema-huella de representaciones-huella generales en constante fluencia -producción y reproducción- de dentro hacia fuera, desde el fondo no representado (pero representable mediante la crítica hermenéutica) a la claridad de las representaciones y los discursos…”. Se busca con ello dice Moreno: “.Acceder a sus códigos cognoscitivos y arribar a través de ellos a la matriz epistémica...”, a la episteme en su ámbito antropológico- histórico de una realidad humana determinada (op. cit., p.12 y 21, Cap. I). La Ecología de las Ideas de Bateson nos lleva a interrogarnos  si lo que buscamos es decodificar el código  -darle significado al mensaje codificado- , pero con ello, nos vuelve a aparecer el fantasma de las representaciones, de “las traducciones” de una cultura a la otra. El propio Bateson nos arroja luz sobre cómo abordar la investigación del mundo de vida relacional, convivida: Lo que interesa en la investigación es preguntarse sobre el significado del código elegido por esa cultura.




[1] Carlos Castaneda (2002). El lado activo del infinito. Disponible en:www.elladoactivodelinfinito.pdf
[2] Alegría y Gregori (1999). El Multiconector. Un Modelo para la Enseñanza de las Ciencias Naturales. Trabajo de Ascensor para optar a la categoría de titular. Upel, Maracay.
[3] Prigogine y Stengers. (1990). La nueva alianza. Metamorfosis de la ciencia. Madrid :Alianza
[4] Varela (1990). Conocer. Barcelona: Gedisa
[5] Bateson, G. (1991). Pasos hacia u 





Micro ensayo 3

La importancia de la contextualización en una propuesta educativa


                                                                                                             
En este ensayo incursionamos  en un aspecto, a nuestro parecer fundamental, como lo es el contexto en el cual se  realiza una propuesta educativa.  Morín al respecto señala que para que un conocimiento tenga sentido.”. La palabra necesita del texto que es su propio contexto y el texto necesita del contexto donde se enuncia” y citando a Bastien: “La evolución cognitiva no se dirige hacia la elaboración de conocimientos cada vez más abstractos, sino por el contrario, hacia su contextualización.”[1]
La propuesta educativa  por ello, debiera tomar en cuenta las especificaciones  de lo local: En dónde se ejecutará dicha propuesta, a quién va dirigida. Se trata de niños, adolescentes  en un centro educativo escolarizado o por el contrario es para niños y adolescentes dentro de una propuesta  no formal;  Es una propuesta de educación popular para adultos- analfabetas o no-,  dentro de una comunidad urbana, rural, afrodescendiente, indígena de un estado-nación en un contexto global?
En América Latina, en las décadas de los 70 y 80 se  implementaron propuestas de Educación popular  marcadas por un contexto geo histórico, social, económico y político  de muchos países con  regímenes militares  represivos y en otros,  incipientes democracias.  A lo interno de la mayoría de los  países, más del 70% de los hogares en situación de pobreza[2],[3] y desde lo externo, presiones en el contexto Continental/Global, por una transformación cultural que impulsara la economía productiva desde lo que se llamaba la Alianza para el Progreso.
Kaplun[4] presenta  su propuesta de una Educación Transformadora -como modelo educativo endógeno-  que parte del educando como sujeto de la educación y se centra en el proceso de transformación de la persona y comunidades,  diferenciándose de los modelos exógenos centrados en el objeto.
Aguirre (2005), en un Coloquio Internacional sobre la Escuela Latinoamericana de Comunicación,[5], señalaba que Kaplún, oriundo de Uruguay, vivió exiliado en Venezuela desde 1978 a 1985 donde coordinó el área de Comunicación del Centro al Servicio de la Acción Popular y dictaba cursos a grupos de base. Su pensamiento estaba muy influenciado por los autores latinoamericanos que marcaron la época: Paulo Freire (1969), Juan Díaz Bordenave (1976), Antonio Pasquali (1979), Luis Ramiro Beltrán (1981), muy ligados a la Teología de la Liberación. En una entrevista que le hace la revista SIC señala, que él cree y lucha “por un proyecto histórico liberador y transformador protagonizado por las clases populares”.  Un aspecto que destaca  Aguirre y en el que concuerdo es su  excesiva simplificación  y agregaría, idealismo y carácter mesiánico  en lo que coloca como indicadores de logro del modelo educativo que propone en los valores  que genera y la función política que alcanza.
Freire, de nacionalidad brasileña, al igual que Kaplún sufrió la cárcel y vivió los periplos del exilio. En su libro Extensión o Comunicación?[6], se refleja la diatriba entre  un modelo de economía productiva que  emplea  labores de extensión para la capacitación del campesino, frente a su propuesta educativa de acompañamiento y convivencia con el campesinado  analfabeta para  una transformación  cultural que  en el contexto de una transformación del régimen latifundista, exigía: “una acción, en el sector de la cultura popular, que interfiriendo deliberadamente en el campo de la percepción ayudará a acelerar la propia transformación cultural” (Ib., p. 71). El agrónomo debe convertirse en un educador que se inserta con los campesinos   como  sujeto junto a otros sujetos.  Para el extensionista, era una <<pérdida de tiempo>> adecuar el conocimiento a los condicionamientos culturales del campesino.
Aceleración, rapidez, efectividad, productividad y rendimiento son mediciones usuales en función del tiempo. Referentes ideales de la concepción clásica de progreso lineal que acompañó a la revolución industrial y exacerbada al máximo en la modernidad. Están presentes también como criterios que rigen la distribución “normal” de contenidos  en un período escolar frente a las vicisitudes e imprevistos de una sociedad compleja no lineal.  Igualmente en muchos proyectos políticos “liberadores”, la acción de ir de A-->B no toma en cuenta el camino, el proceso. El Fin justifica los medios. Una concepción lineal y simplista de progreso. Ya hemos experimentado los efectos nefastos  de acciones emprendidas en nombre de la libertad; de llamar  cambio a la repetición; de dirigir todo el esfuerzo a lo que se logrará en el futuro  obviando que éste se construye en el terreno  movedizo  y fluido del presente.
La Ecología de la acción  en Morín  denota lo que es el accionar en la fluidez del presente: “Riesgo, azar, iniciativa, decisión, lo inesperado, lo imprevisto…” (p.51). La acción entra en un bucle recursivo con el contexto.  La ecología de la acción es una apuesta que reconoce sus riesgos  y se acompaña de una estrategia constante para modificar la acción emprendida.  La estrategia emerge en el espacio reflexivo[7] donde concurre,  dialogan y se contrasta lo cognitivo, el proceso pautado y el contexto en el cual se configura la acción.



[1] Morin, E. (1999)- Los siete saberes necesarios para la educación del futuro.  UNESCO
[2] Rodríguez (1989). Cicatrices de la pobreza. Un estudio Psicoanalítico. Caracas:  Nueva Sociedad.
[3] Cartaya y García (1988). Infancia y Pobreza. Unicef-Ministerio de la Familia. Caracas: Nueva Sociedad
[4]Kaplun, M. (1998). Periodismo cultural. La gestión cultural ante los nuevos desafíos. Revista Latinoamericana de Comunicación, Chasqui 64.
[5] Aguirre, J.M. (2005). Disponible en  http://w2.ucab.edu.ve/tl_files/CIC/recursos/kaplun.pdf
[6]  Freire, P. (1973). Extensión o comunicación?: Buenos Aires: Siglo XX1. Disponible en: http:www. Extensión o Comunicación? Freire pdf
[7] Gregori y Alegría (2004).El Multiconector. Un modelo para la enseñanza de las ciencias. Dialógica. Vol. 1(1).108-117}

Micro ensayo 4




Educación y Pedagogía en tiempos de cambios

                                                                   
  

      
  Gastón Bachelard[1]

En este ensayo discurrimos sobre cuáles serían  los objetivos de un proyecto educativo en Venezuela -para la década 2016-2026- si surgieran del pensar epistemológicamente la Educación y la Pedagogía, como señala Bedoya (2002)[2].Nos preguntamos también ¿Qué propuestas pedagógicas lo acompañarían?  ¿Quiénes somos? ¿Cómo nos definimos? 
El Marco Constitucional pareciera aportar  ingredientes básicos fundamentales, en la búsqueda de una aproximación al consenso sobre las dos últimas interrogantes que, van a su vez anidadas a la que se hace Touraine[3]: “¿Podremos vivir juntos?”. Obviamente,  asumo, que  los educadores juegan un papel muy importante en el necesario cambio cultural  que acompañaría a este  proceso pues de hecho ya estamos sumergidos  en los cambios paradigmáticos que ponen en cuestión lo que “enseñábamos” y cómo lo enseñábamos.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela aprobada en 1999 nos aporta componentes para la reflexión sobre la  dimensión axiológica de la educación en el siglo XXI. En su preámbulo como gran meta a alcanzar tenemos: “El establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la  independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones…”.  La inclusión de estos conceptos como parte de la propuesta educativa para formar a un niño, adolescente o adulto exige  pensar epistemológicamente cada uno de ellos. Mires[4] por ejemplo señala, que la idea de democracia  en Occidente está erigida sobre una base liberal y se asociaba a doctrinas económicas liberales. Pensar de nuevo esta idea, sobre todo en la participación del individuo social en la polis no solo deliberativo, discursivo, sino en relación con el otro, desde lo local (estado federal, descentralizado) pero con sentido global, ecológico, con responsabilidad protagónica en  lo que dejas a las futuras generaciones.
En el contexto regional tenemos que en América Latina y el Caribe, más del 80% de la población vive en ciudades. En los últimos 40 años el crecimiento ha sido  más rápido que en el resto del mundo. Como destaca el BID[5],  la sostenibilidad de la región depende de la sostenibilidad de las ciudades. El Vivir juntos -en Venezuela- no sólo trata la dimensión política sino también el de vivir juntos en una ciudad que queremos que sea sostenible y en donde el papel del ciudadano es primordial.
En el contexto Global, cabe destacar que  en el año 2015 nos unimos  a la agenda 30 de Naciones Unidas y nos comprometimos como Estado en  alcanzar para el 2030, los  17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS)[6].  Objetivos que comprenden desde la lucha contra la pobreza, la gestión del agua, energía, residuos sólidos, la gobernanza y gestión fiscal, la educación, hasta el cambio climático. La educación para el desarrollo sostenible debe ser un objetivo dentro de la propuesta. ¿Qué desarrollo? Hay que repensarlo. Aunado a ello, las múltiples dimensiones del Desarrollo Sostenible con entornos cambiantes (clima, economía...) generan  incertidumbres y sensibilidades a cambios internos y externos. Se requiere por ello, incluir herramientas más abstractas  para manejar posibles escenarios en vez del apacible entorno del desarrollo equilibrado.
Somos un país mega diverso. Una sociedad multiétnica  y multicultural con 31 lenguas indígenas[7]. ¿Cómo incorporamos  la diversidad de vida y cultural en nuestros objetivos? Darcy Ribeiro en Venutopías 2003[8], hace un  ejercicio de opciones estratégicas para Venezuela. Destaca la que denomina Makiritizar a Venezuela. “La voluntad de belleza  que alienta al indio Makiritare le hace poner en cada tarea que se propone (trenzar un cesto, modelar una olla...) mucho más esfuerzo del necesario para lograr fines utilitarios. El propósito de este esfuerzo adicional es satisfacer un hambre íntimo de perfección formal que es autogratificante y dignificador”.  Aunado a un valor estético,  el tejido lingüístico en la cesta,[9] narra mitos, expresa al ser y su manera de conocer, su episteme.  Una estética enlaza el mundo de relaciones entre su cultura material, su cosmología y su entorno. El mundo relacional es también ecológico.
La expresión poética, imaginativa y  musical está presente igualmente en las labores productivas del campesino o del urbano, incluso, en cualquier encuentro, ocasional o no. Son las expresiones  del ser en relación -consigo mismo/con el otro/ con el entorno- en un determinado espacio-tiempo.
  La Propuesta Pedagógica debe atender a ese ser en relación -consigo mismo/con el otro/ con el entorno- en un determinado espacio-tiempo. Debe moverse entre dos imaginaciones: La que vive del impulso creador en las formas: Habladas, cantadas, escritas  o forjadas y la que impulsa nuevas abstracciones, que, como señala Bachelard, no le basta responder el como si, vuela más bien  hacia ¿Porque no?



[1] Bachelard, G. (2000). La formación del espíritu científico. México: Siglo XXI
[2] Bedoya, J.I. Epistemología y Pedagogía. Bogotá: Eco-ediciones
[3] Touraine, A. (1997). ¿Podremos vivir juntos?  México: Fondo de Cultura Económica
[4] Mires, F. (2001). Civilidad. Madrid: Trottas
[5] BID. Informe de sostenibilidad 2014.
[6] Objetivos de Desarrollo Sostenible. Disponible en http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/
[7] PNUD. Venezuela en breve. Disponible en: http://www.ve.undp.org/content/venezuela/es/ home/countryinfo.html
[8] Darcy Ribeiro. Venutopias 2003. Mimeo. Diario El Nacional .1983
[9] Los ritmos del textil: comparaciones entre las formas cantadas y tejidas de las tejedoras amerindias
Denise Y. Arnold, Instituto de Lengua y Cultura Aymara, La Paz, Bolivia, y Museo Nacional de Etnografía y Folklore, La Paz. Jornadas Andinas de Literatura Latinoamericana, JALLA (11 : 2014 ago. 4-8 : Heredia, Costa Rica)


Micro ensayo 5

                             Aproximación  a un agenciamiento educativo
Zygmunt Bauman[1
]
Ítalo Gastaldi (1994) en su libro "Como educar y evangelizar en la posmodernidad",  resume  las características  de la posmodernidad que se muestran en el lado izquierdo del cuadro 1. En el mismo cuadro del lado derecho hemos colocado, las  aptitudes, síndromes y cambios que aparecen en la sociedad de acuerdo con Bauman y que se convierten en retos y desafíos para el educador.


En función de ello presentamos  en la figura 1.una multiplicidad rizomática  en la que se agencian piezas de una configuración epistemológica (Foucault, Vatttimo, Deleuze y Guatari, Morin)  que nos permitan establecer un Método para el Quehacer educativo. 

Configuración  Epistémica






[1] Bauman, Z. (2008). Los retos de la educación en la modernidad líquida. Barcelona: Gedisa


Micro ensayo 6     


Realidad,  Relativismo y Conocimiento










Blaise Pascal[1]


    Estuve tentada a colocarle como título a este ensayo: Me declaro relativista postmoderna y cristiana como una respuesta, quizás, más  visceral que racional,  en la medida que leía El miedo al conocimiento de Paul Bhogossian[2].  En su defensa al objetivismo y absolutismo ontológico y epistemológico, Boghossian contrasta Creencia racional vs el Mito en los Azande  con argumentos demostrativos basados en la lógica.  Quisiera al respecto retrotraerme a los principios del pensamiento occidental en donde la filosofía, en la búsqueda de la verdad y del conocimiento, consideraba, el conocimiento de la naturaleza y el que brindaba la propia inspiración y revelación de la religión. Metafísica y teología eran vertientes  y caldo de crecimiento de la filosofía. En el acervo cultural se expresaba  tanto, en la percepción de la realidad como  en la cultura material y espiritual el conocimiento del mundo y su relación con el entorno. Racionalidad, Mito, Religiosidad y Arte conforman la multidimensionalidad del Homo Sapiens Sapiens. Como señala, sin embargo, Morín[3], la ciencia clásica suprimió el espíritu. Así el sujeto, sólo como  observador, conceptuador y experimentador del mundo es el que  representa al mundo del observador.
   
      Para San Agustín, el meditar sobre la creación lo llevaba a plantearse el significado del tiempo[4], cuestionando, si su medida debía realizarse en términos del pasado, presente y futuro o debía más bien expresarse en otros términos. Con ello, quiero resaltar que existen otras fuentes de inspiración que acompañan a la creencia racional. En relación al nacimiento del universo, la teoría del bigbang ha llevado a científicos eminentes como Prigogine, Einstein o Minkowski a replantearse la descripción de la realidad,   del espacio y del tiempo. Reducir por ello en los Azande la fuente de conocimiento sólo al mito y, utilizarlo como  contraargumento para desecharlo, frente a la exploración arqueológica, me parece  que no sólo se salta principios lógicos sino lo que Gödel[5] en sus teoremas de incompletitud, señala como planos no contrastables y por tanto  inconmensurables.

      Carlos Castaneda[6], en sus múltiples libros sobre sus experiencias con un indio Yaki  que representaba un antiguo linaje de Shamanes del México Antiguo, repetía que en sus  enseñanzas Don Juan siempre le decía que ellos tenían un sistema cognitivo diferente.  Panikkar[7] por su parte hace referencia a la revelación,  como fuente de conocimiento, en los Videntes Védicos.  Para ambas culturas el pensamiento no dualista formaba parte de su matriz epistémica.  Como destacamos en el epígrafe, para Blaise Pascal, filósofo cristiano y matemático, la gracia y la penitencia son fuentes de revelación. 

    Indagando sobre el Relativismo, ontológico y epistemológico[8] que combate Boghossian,  particularmente en Rorty, nos encontramos con el artículo de Miguel Ángel Quintana[9] donde el autor en cuestión sugiere que Rorty, junto con Vattimo y Feyerabend tienen posiciones también en contra de los universalismos y relativismos. De acuerdo con Quintana, Rorty asume una  tercera vía, intermedia entre el universalismo y el relativismo al suscribir lo planteado por Davison[10] que lleva a un punto muerto la polémica entre universalistas y relativistas : “el argumento es que para defender la distinción marco-contenido y la existencia de marcos conceptuales totalmente incomprensibles desde el nuestro, estos presuntos marcos deberían poderse ver como ininteligibles, con lo que al menos pierden ya su incomprensibilidad radical presunta: «no podemos decir de modo inteligible que los esquemas son diferentes»”.

      En el universo académico pareciera existir dentro de algunos expositores, una especie de tercio oculto, de base Cartesiana que busca aquello que permite identificar plenamente por una particular cualidad a un sujeto ahora convertido en objeto. La búsqueda de la verdad, las interrogantes  se transforman en certezas cuando descubrimos que al otro lo podemos meter en la cajita postmoderna, estructuralista, funcionalista, universalista y todos los …ista.  Y como diría aquel sabio. “Si la salida es por la puerta, porque usamos la ventana? _ Parece más fácil instar a discutir sobre lo que se nos ha asignado como representación que sobre lo que somos, pensamos  ó sobre aquello por lo que nos interrogamos.



[1] Pascal, Blaise. (1984). Pensamientos. Traducción de Eugenio D'Ors. Bogotá: Editorial La oveja negra
[2] Boghossian, P (2009), EL Miedo al Conocimiento. Trad. Fabio Morales García. Madrid: Alianza Editorial.
[3] Morín, E.( 1994). El Método.  Tomo I. Disponible en: http://www.edgarmorin.org/libros-sin-costo/81-edgar-morin-el-metodo-i.html
[4] Cortada, Miguel. El concepto del tiempo en San Agustín, Disponible en http://www.joanmaragall.com/fronesis/16/LP/AUGUST.htm
[5] Gödel, K
[6] Castaneda, Carlos. La rueda del tiempo. Disponible en: http://libroesoterico.com/biblioteca/autores/carlos_castaneda/carlos%20castaneda%20-%20la%20rueda%20del%20tiempo.pdf
[7] Panikkar, R. (2011). Iniciación a los Veda. Barcelona: Fragmenta
[8] Negrete, Julio (2010). https://www.blogger.com/profile/03818931980413759742
[9] Quintana, M.A. (1999) Una Tercera Vía: El Antirrelativismo de Vattimo,
Feyerabend y Rorty. Laguna, número extraordinario, pp. 193-204
[10] D. Davidson, «On the Very Idea of a Conceptual Scheme», en J. Rajchman y C. West (eds.), Post-Analytic Philosophy, Nueva York, Columbia University Press, 1985, pp. 129-143. Cit. en
R. Rorty, ibid., p. 283.







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